sábado, 29 de marzo de 2008

SEGUIR ESCRIBIENDO


Hay un tema y es que si los que entran no dejan mensajes los panfletos pro gobierno oficialistas y sin fundamentos, ocuparán toda la lista de más comentados y resultaría casi imposible leer las nuevas entradas porque durarían menos que un suspiro en la página de blogs de lectores del diario.

De esta forma, cuando entran mis alumnos, mis amigos, mis maestros o mis detractores o adversarios, pueden ubicar mi sitio con facilidad.

Por lo tanto agradezco por igual cada participación espontánea y cada insulto grosero porque me permiten seguir escribiendo.

Las catarsis privadas no son literatura.

Hay muchos blogs anónimos que se dedican a ese tipo de terapia.

Ahora bien, que los fraternos componentes de la sociedad del dedo editorial mundial determinen que mis cuentos, relatos de humor, editoriales, poemas o canciones no están a la altura ni dan la talla me preocupa y si no tuviera comentarios de raras avis como el tuyo, seguramente me rendiría ante la evidencia de que si los que saben tanto dicen que no sirve hay que hacerles caso.

Como en el cuento del burro ( "si el sabio no aprueba malo, si el necio aplaude peor") un resoplido por casualidad no es arte. El mero empeño tampoco.

Por eso, la crítica siempre es bienvenida.

En los diez años que me he despachado (con demasiada y apabullante ingenuidad de mi parte) en páginas, blogs y foros nadie se ocupó nunca de explicarme por qué estaba tan mal lo mío en relación con los resabidos malos versos, insulsos mensajes, las repeticiones, el sonsonete de los recurrentes, los meros plagios y la abundancia de egos que según el decir de los entendidos prometen un futuro a las letras hispanoamericanas.

Que alguien gane un Oscar por decir "del otro lado del río tal y tal " me parece sinceramente un exceso.

Cuando alguien del negocio (por ejemplo anoche Fito Páez en TLP) dice que hay una cantidad de buenos y nuevos compositores y yo los escucho o leo sus canciones (y no hablo de los que él mencionó que con alguna excepción no los conozco de nada) sino los otros, los apadrinados de las discográficas me encuentro ante una duda crucial. ¿Quién será el que tiene mal gusto, ellos o yo?

Pero, cuando encuentro placer en los grandes muertos de la historia de la Literatura y la música y sé que coincido con la justa fama que guardan muchos de ellos, me siento aliviada y recupero las energías de escribir aunque más no sea para dos o tres que lo aprecian.

Lu.

1 comentario:

Luci dijo...

Sobre el narcisismo hay mucha letra escrita.
Dicen que la generosidad también es narcisista, porque alimenta el ego del virtuoso que comparte.

Bah, yo no fui violada a los 14, y me parece, humildemente, digo, que doña Ernestina no necesita que yo le dé de comer sino que es al revés. Algún día sentirá la obligación moral de recompensarme el hecho de haber ingresado por la puerta trasera, aguijoneado, denunciado verdades evidentemente ocultas por las corporaciones y violado la espesa intimidad de sus achanchados periodistas del diario.

Quien sabe.

Lu.