lunes, 17 de marzo de 2008

Al periodista y escritor JUAN CRUZ.

"La Invasión de Iraq de 2003 provocó una fractura política entre las grandes potencias, que se dividieron entre aquellas que se opusieron activamente a la invasión, como lo fueron Francia, Bélgica, Alemania, Rusia, China (además de otros países que mostraron una oposición pasiva), y aquellos que apoyaron públicamente a los EE.UU., como fue el caso de Gran Bretaña, España, Polonia, Portugal y demás naciones que integraron la coalición. La guerra también sirvió para que se diera la primera manifestación ciudadana global en la historia de la humanidad en contra de un conflicto que fue percibido por muchos como una aventura colonial entre una potencia bien armada y un país pobre y relativamente indefenso".

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Durante el mes de diciembre del 2002 y febrero del año 2003 estuve viviendo, por razones que tu amigo Sabina te podrá explicar mejor que yo, en Madrid. Buscaba una respuesta personal a un problema serio que nunca se aclaró del todo.

J.S. y la Sony BMG me declararon una desproporcionada guerra por razones mercantiles (enemigos íntimos), me mandaron al toro (José Tomás) y se divirtieron con la pelota de fútbol ( de laleti y el real) que siempre terminaba en pérdidas económicas para mí y risas y estómago lleno para ellos.

En esos meses tuve una excelente relación con la comunidad española, excepto con los personajes que ponían la cucarda al torero y se enriquecían indignamente con una persecución inhumana a través de los servicios clandestinos de espionaje argentinos/españoles/mexicanos y norteamericanos.

Sería fantástico, como dice el cantautor catalán que compró una bodega y no se dignó responder ni a una de mis cartas por miedo a perder su porción en la torta anarcofascistoide, que alguien me hubiera atendido, escuchado, dado unos minutos de réplica o atención.

Sin embargo, puedo mencionar a un profesor de la Universidad Complutense, un abogado con cuatro doctorados, cuyo apellido se me escapa, pero a quien podría identificar perfectamente en la calle. Un hombre que ahora tendrá unos 65 años, que vivió en países de Centroamérica y con quien tuve el disgusto de tomar un chocolate.

Resulta que este reconocido doctor, autor de varias tesis (una sobre Unamuno según dijo) se definió "monárquico, católico y de derechas". Multiplicó por tres el mismo síndrome de discriminación retrógada.

AL saber que yo era abogada, enfatizó muy suelto que en los países sudamericanos cualquiera se recibía y que mi título no tenía mayor mérito.

Era lógico. En esos momentos todavía no tenía la doble ciudadanía (que me otorgara Italia unos años después) y por las leyes de su partido aznarista me veía obligada a trabajar como asistente. A raíz de eso, la burla no se hizo esperar y se publicaron LAS MEMORIAS DE LA ASISTENTA, porque en esos tiempos el acoso era inmundo y ensordecedor.

A este hombre, que tiene la fortuna que no recuerde su apellido, le expresé claramente que España iba a entrar en guerra con Irak. Se sorprendió y enfureció, lógicamente. No aceptó razones ni explicaciones. Se levantó de la mesa y se fue. Sin más. Menos mal que el submarino (asi llamamos al vaso de leche con cacao, en Argentina) lo pagó al entrar y no tuve necesidad de desempacar mis devaluados pesos convertidos al carísimo euro.

Un tiempo después anticipándome a los medios masivos reclamé públicamente en el foro de Sabina, en foros mexicanos y argentinos que no debían creer la falsa historia sobre ETA. El socialismo ganó las elecciones. Esto mismo lo dije en páginas de derecha, pero la conspiración está clarísima. Se pasaron un año buscando a quien difundió la noticia real pero fueron incapaces de encontrarme aunque me cansé de gritarlo y no en el desierto. En sitios de sumo alcance mediático. A mí nunca me llamaron a declarar.


Pasaron cinco años y sigo en la etiqueta negra. Postergada y silenciada. Tratada como una esquizoide o delirante, porque el caballero que se embriaga y goza en las giras a los tiros se vuelve un poeta defensor de los derechos humanos cuando está de vacaciones por temor a ser asesinado o secuestrado, ya que todos saben que es un despreciable multimillonario y que con la última gira en la que las musas no cobraron y toda la platita era para él es uno de los personajes más aburguesados y ricos de España.


Juan Cruz: estuviste en Cartagena de Indias. Asististe al Hay Festival. Sos parte del grupo Prisa y seguiste el debate con Zapatero en la casa de Joaquín.


¿Por qué no me hacés un llamadito telefónico y me das algunas explicaciones que merezco?


Si no lo hacés no esperes reciprocidad ni respeto de mi parte.

No faltará oportunidad de que tenga que reclamártelo ante una audiencia.

Algunos dirán que es una amenaza. Yo digo que es un acto de justicia porque lo estoy aclarando en tu propio sitio web.

No habrá sorpresas para nadie.
Aquí la única pobre e indefensa he sido yo.

Lu.


¿a Aznar no lo llamaban PICO DE ORO?

Bueno eso.
Era un cuervo ávido de riquezas.

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