No es por asustar a Peña, pero cuando yo denuncié que el clan Fernández con la anuencia de canal 13 intentó internarme en el Moyano, por salir a defenderme de una mafia corporativa, no apareció mi carta en ninguna contratapa de los diarios, aunque, nobleza obliga, Lanata -unos meses antes del incidente- me prestó el micrófono de su programa para expresar mi angustia ante la persecución ideológica del Jefe de Delía, que en ese momento era Aníbal Y Cïa.
Y yo no soy "la uruguayita Lucía", soy ciudadana argentina, y puedo demostrar que no estoy loca ni necesito pastillitas.
Detesto a los tiranos y a los genocidas pero no odio a nadie. ni me consideraría capaz de someterlos a un juicio ético y asesinarlos sumariamente.
Porque estoy a favor de la vida y soy coherente en mi discurso cívico.
Odiar y empuñar armas es tarea de los miserables que persiguen el poder para enriquecimientos ilícitos de sus corporaciones u organizaciones y que provocarán la caída de una civilización: la nuestra.
Lu
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