viernes, 4 de abril de 2008

Pensamientos filosóficos

Sobre el comentario de Zuppa en su blog.

Como suele ocurrir, apreciación errónea de los hechos que luego conducen a profecías falsas.

No hay ninguna posteoría, como no existen la contemporaneidad ni la originalidad.

Afirmar qué se creen los otros que son es un acto de despotismo ilustrado. Un saber típico de quien se sube al aparato reproductor y lleva y trae cuentos de la gran manzana podrida.

Sobre el asunto de la escasa o nula incidencia de las ciencias duras en el saber humano he escrito hace unos días en relación con la calidad de atribuir genio a alguien por decreto. Como me niego a dar explicaciones directas y lineales sobre lo muchos temas y prefiero elegir el jeroglífico para poner a parir a los investigadores que observan la conducta sin pagar el precio, dejé cosas colgadas y aisladas.

Hace unos días alguien cercano a mi familia se enfurecía atacándome que "nunca se sabe cuando hablás en serio y cuando en broma" y no entendía determinadas estrategias docentes en mi actividad laboral. Por eso. Es para despistar a los tontos y despejar la cancha.

Pensar la globalización no es tan difícil si uno se sitúa en su lugar en la escala zoológica y se subordina al designio divino, que no es casual.

Quienes dominan el arte de la hipnosis saben que no existe ciencia sino creencia.

Todavía hoy se insiste con los medidores de coeficiente intelectual en chicos de tres años (Lucas) por profesionales ni siquiera idóneos o aptos para saber qué es lo que están midiendo. La estructura mental de la prueba, como índice numérico es el resultado de sus más esforzados estudios. Se equivocaron fieramente, pero no les vamos a decir la respuesta. Pura reciprocidad con sus patologías perversas y mezquinas, nomás.

Lu.
Un poema mío termina con el siguiente verso:
"posmodernismo que los tiró."

2 comentarios:

Lengua Materna dijo...

definitivamente no hay nada que me sirva

Luci dijo...

Feliz pandemia

A lo mejor te servía prepararte para el caos.