A mí no me apetece ningún tipo de violencia.
Por eso no estoy de acuerdo con los montoneros. Mucho menos, inobjetablemente, con los represores genocidas del Proces, y no sé a qué lo trajo a colación don Bondiola (creo que se escribe así), pero el Holocausto, la Inquisición, la Guerra de Irak, la matanza de los armenios, las matanzas a y de terroristas, las Guerras Mundiales, la de Malvinas, el aborto, los homicidios de cualquier tipo, el ajusticiamiento de los que ganan una batalla, la victoria de los que tienen las armas y en resumen, todo aquel que se relacione con la violencia y el crimen me producen igual repugnancia.
Y yo no me fui a Australia.
Me tocó padecer la tablita, el desagio, el plan Austral, la caída del BIR, el Oddone, el Intercontinental, el Supercoop, los bocones, la hiperinflación, la falta de Tribunales, el terrorismo del miedo, las persecuciones de la SIDE, el Rodrigazo, el plan Primavera, la Gran Sigaut -el que apuesta al dólar pierde-, el deme dos, el uno a uno, el corralito, las marchas pro, los piquetes contra, la hiperinflación, los cacerolazos...
¿A mí cuando me indemnizarán por quedarme en mi país a poner el hombro?
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